Con la llegada del verano y el calor, que bien sienta beber agua fresquita, y si es directamente desde un botijo, mucho mejor. Los más jóvenes puede que nunca hayan bebido de uno, o puede que ni lo hayan visto en su vida, pero la verdad es que no hace mucho tiempo era un objeto muy típico en España. De hecho, (nota melancólica), recuerdo cuando era niño y jugaba en las plazas ver en las puertas de los bares los botijos, los cuáles podías coger y beber directamente.
Siempre sorprende y más en los días de calor, lo fresca que sale el agua de un botijo. Sin duda una verdadera proeza de la ingeniería de producto y además artesanal, con un diseño sencillo y funcional y con un factor de eficiencia energética sorprendente que más le gustaría a los frigoríficos modernos tenerlo.
¿QUÉ ES UN BOTIJO?
A ver, para los que no lo sepan, un botijo es un recipiente de barro o arcilla poros@ cocid@ que se utiliza para beber y conservar el agua fresca. Normalmente incorpora un asa en su parte superior y dos orificios situados a lados contarios, uno más ancho denominado boca por el que se llena y otro más fino denominado pitorro por el cual sale un fino chorro de agua del que beber.
En resumen, es un objeto barato, práctico y ecológico que por desgracia está cayendo en desuso a faz de modernos sistema de enfriamiento de agua potable que para nada son eficientes. Un botijo no es lo mismo que una vasija u otro recipiente contenedor de agua cualquiera, la diferencia, es que el botijo tiene la capacidad de enfriar el agua debido a su diseño y proceso de fabricación.
¿COMO FUNCIONA?
El botijo funciona mediante el mismo sistema de enfriamiento que nuestro cuerpo, denominado refrigeración por evaporación. Como decíamos anteriormente, el botijo está hecho de barro o arcilla muy poros@, filtrándose a través de estos poros el agua del interior, hasta entrar en contacto con el aire del exterior y evaporarse. Para cambiar de líquido a gaseoso necesita energía que la roba del agua del interior en forma de calor, haciendo descender su temperatura. En condiciones favorables (ambiente seco), se puede conseguir una disminución de la temperatura de entre 10 y 15ºC en tan solo una hora.
Debido a esto, si pintáramos o esmaltáramos el botijo perdería su porosidad y por lo tanto su capacidad de enfriamiento. Pero no solo influye el material del que está hecho, en su factor de enfriamiento, también lo hace la forma del botijo, el tipo de cerámica empleada, el tiempo y temperatura de cocción o la cantidad de agua con que se llene.
¿COMO SE FABRICA UN BOTIJO?
Un botijo se fabrica como cualquier otro jarrón o vasija de barro, la clave está a la hora de cocer la cerámica. Por regla general, si la cocemos a temperaturas por debajo de los 1.000 grados se crean poros microscópicos entre las partículas de la arcilla. Además, cuando la arcilla está todavía húmeda se le puede añadir sal para aumentar su porosidad.
Para despedir el post, os dejo esta foto bebiendo de mi botijo, diseño de CuldeSac y realizado artesanalmente por Gloria Gil, más conocida como mi abuela. Ese trago fresquito y este artículo va por ella. Y recuerda que si alguna vez alguien te dice que “Eres más simple que el mecanismo de un botijo”, contéstale que de simple nada, que eres sencillo y eficiente.
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