Hoy vengo a hablaros de nuestras casas. Esos rincones que se convierten en nuestro refugio, donde hacemos vida, donde descansamos, reponemos energías y desconectamos de lo de fuera, en definitiva, ese nido que es tan esencial para todos los seres vivos. Por eso es tan importante que tu casa tenga un
Como todo buen nido, debe estar bien construido para sentirnos cómodos dentro de él. Y una buena construcción no se corresponde solo a los materiales y las técnicas empleadas para su fabricación. Existen muchos factores a tener en cuenta, si queremos tener un hogar en el que nos sintamos realmente bien y a gusto. ¿Y tu ecomanitas, sabes si tu casa tiene un buen diseño?
EMPLAZAMIENTO Y ORIENTACIÓN
Este puede ser sino el más importante de los factores a tener en cuenta, uno de los más influyentes en nuestro estado físico y anímico, además de ser uno de los factores de más peso de cara al ahorro energético y por supuesto económico. Para conseguir tener confort y las menores pérdidas energéticas en tu vivienda es primordial tener en cuenta que la orientación de tu vivienda debe estar acorde con el movimiento del sol y la dirección de los vientos. Esto nos servirá para captar el máximo tiempo de energía en invierno y para protegerlo del excesivo calor en verano.
El lugar donde se encuentra tu casa determinará mucho otros factores, como la cantidad de horas de luz naturales, el viento, la salinidad del aire o el tipo de contaminación acústica que tendremos. Un buen emplazamiento es primordial para vivir con buena salud en un hogar. La calidad de los materiales constructivos y las técnicas empleadas son muy importantes, pero de nada serviría tener estas prestaciones tan inmejorables si luego te asfixias de calor en verano y te mueres de frío en invierno simplemente por el hecho de no tener emplazada u orientada tu vivienda correctamente.
TIPO DE VIVIENDA
Este tema es muy controvertido y genera diferencia de opiniones entre los expertos. Es muy difícil concretar que tipo de vivienda es la más idónea para nuestro bienestar, pero lo que si es muy fácil de determinar es cuál es la peor. De todos los tipos de vivienda comunes, sin lugar a dudas, el que peor le sienta a nuestro bienestar es el edificio, es decir vivir en un piso. Si efectivamente, un piso, un cubículo de hormigón que forma parte de un gran bloque, gente arriba, abajo a tu izquierda y a tu derecha. Se puede entender que en otras épocas lejanas, hiciera falta vivir apiñados cerca de la fuente de recursos naturales o del castillo, pero no tiene sentido (o sí) que hoy en día el modelo de vivienda más habitado sea el hacinamiento en pisos. Y que además cada vez son de menor tamaño o de tamaño inversamente proporcional al de los televisores que albergan, de eso estoy seguro.
España, encabeza la lista de los países Europeos con el 64,6% de la población viviendo en pisos, comparado con el resto de Europa en el que tan solo el 40% de la población vive en ellos, excepto Grecia, Lituania y alguno más, que tienen datos parecidos pero inferiores a España.
Un tipo de vivienda que desde el movimiento arquitectónico “Satan es mi Señor” ya llevan varios años denunciando. Como ejemplo clave ponen a los Robin Hood Gardens en Reino Unido donde en los años 60 se puso de moda este tipo de edificación, que no son más que una corrala pero esta vez de hormigón. Se trata de vivir rodeado de personas, de nuestros queridos vecinos. Un piso tiene menos horas de luz natural que una casa o vivienda unifamiliar, menos intimidad y más incomodidades, lo que a la larga termina pasando factura.
FORMA DE LA VIVIENDA
Con este factor, poco vas a poder remediar al menos de que formes parte del proceso de diseño de tu vivienda. Está demostrado los efectos adversos de vivir en una casa mal distribuida con la consecuente pérdida de tiempo constante o con pasillos ilógicamente largos que restan espacio útil a tu vivienda. Por lo que asegurarte bien de que la casa tiene todo conforme a tu gusto es importante a la hora de la compra, es un fastidio, que al cabo de unas semanas viviendo te des cuenta que tienes un solo un baño y la casa es de dos pisos o que ya no te gusta tanto el salón a doble altura.
TEMPERATURA Y HUMEDAD
Tener unas condiciones de temperatura y humedad correctas es muy importante a la hora de sentir confortabilidad en el hogar como ya pudimos ver en 5 tips para refrescar tu casa en verano5 tips para refrescar tu casa en verano. La temperatura ideal recomendada para un entorno saludable en el hogar es de 18º a 22ºC durante los meses fríos, y hasta los 25ºC durante los meses calurosos. Lo ideal sería que entre las diferentes estancias de tu vivienda no haya una diferencia térmica superior a 1ºC.
Si necesitas bajar la temperatura de tu hogar a continuación te muestro un aire aconcidionado casero que ralizamos hace algún tiempo y que estoy seguro que se convertirá en tu objeto favorito en los meses de calor.
En cuanto a la ha humedad del ambiente interior, ha de encontrarse entre un 40% y un 60%, debido a que cuanto menos agua contenga el aire que inspiramos, más agua espiraremos, ayudando de esta manera al mecanismo de depuración de la respiración. Tenemos que revisar bien en busca de humedades en techos, paredes, detrás de armarios y muebles del baño o la cocina. La aparición de moho es un agente infeccioso grave y puede ocasionarnos desde enfermedades respiratorias, problemas de visión, alergias e irritación de la piel hasta trastornos nerviosos y de personalidad.
COLOR DE LAS ESTANCIAS
El color es un factor muy importante a tener en cuenta en nuestra vivienda. Afecta directamente al estado de ánimo, y además condiciona la percepción de la luminosidad de las estancias, influyendo en factores psicológicos como la concentración, el confort o la percepción espacial.
Por eso es muy importante saber que color usar en que habitación. A continuación os cito unas recomendaciones basadas en la estancia de la casa y la influencia sobre nosotros.
– Salón: Podemos elegir el amarillo, nos aportará una sensación de bienestar a parte de estimular nuestro sistema; también podemos optar por el marrón o el beige, la estancia infundirá seguridad, son colores que se adaptan bien a casi todos los ambientes y se pueden acompañar con colores vivos.
– Baño: Para el baño es aconsejable tonos azules, verdes o turquesas. Transmiten serenidad, calma y son muy relajantes. Los tonos tierra le dan un caracter muy natural y armonizan perfectamente con el agua. No son aconsejables los colores oscuros, de ser así, añade una planta en la estancia.
– Dormitorio principal: Mejor si es en tonos fríos ya que ayudan a la relajación y a favorecer un buen descanso. Azul añil, el verde pálido o el blanco son buenas elecciones. Puedes añadirle un toque romántico o pasional con color rojo, pero deberá ser en la pared donde se encuentre el cabecero de la cama, de esta manera cuando estemos tumbados en ella, no nos afectará este color en nuestro descanso.
– Habitación infantil: Quizás la habitación más divertida de decorar. Tenemos más libertad cromática, podemos usar tonos pastel o emplear colores más fuertes y además acompañarlo de distintos elementos decorativos como puedan ser los vinilos con formas.
– Recibidor: Es la primera estancia que vemos al entrar a casa, debe irradiar energía y frescura puedes elegir algún color vivo como el violeta, pero ten muy en cuenta el tamaño de tu recibidor, sino se creará una sensación de agobio al entrar a casa.
-Cocina: Se recomienda tonos anaranjados, amarillos o rojos ya que incentivan el apetito pero siempre dependerá de la decoración que hayamos elegido para esta estancia.
A la hora de elegir el color, es imprescindible ser coherente con la línea decorativa de nuestra vivienda, es decir, si el estilo es rústico, nos decantaremos por tonos cálidos y naturales, pero si por el contrario nuestro hogar tiene un estilo más industrial, nos decantaremos por colores más fríos y neutros.
Además, podemos jugar con el color para transformar ópticamente las dimensiones de la habitación. Si por ejemplo tenemos un pasillo muy estrecho, es conveniente pintarlo en tonos muy claros como el blanco o el marfil, de esta manera dará la sensación de ser más ancho de lo que realmente es. Si tenemos una estancia con un techo muy alto, conviene pintarlo de color oscuro, dará la sensación de estar más bajo.
Es significativo tener esto en cuenta porque nos ayudará a sentirnos acogidos y confortable en todas las estancias, aumentando nuestro bienestar inmediato y mejorando nuestra salud a la larga. Tener esto en cuenta y otras cosas como la calidad del aire de tu hogar es fundamental para sentirte bien dentro de él. Si te interesa este tema y quieres seguir leyendo acerca de él no te pierdas ¿cómo nos afecta nuestra casa? (parte II).
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