El pasado domingo 29 de marzo, entramos en el horario de primavera adelantando una hora en nuestros relojes. Durante el año, realizamos dos cambios de horario (al de verano y al de invierno), pero… ¿Por qué se realizan? ¿ahorran energía? ¿Es malo para la salud? Antes de empezar repasemos el origen del cambio de hora.
UN POCO DE HISTORIA
Al parecer, la primera persona en sugerir el cambio horario fue Benjamin Franklin, que propuso que aprovecháramos que amanecía antes en verano para madrugar y ahorrar así aceite de lámparas. Franklin se dio cuenta de la cantidad de aceite que se podría ahorrar durante la noche si la gente se despertara antes para hacer sus tareas. Pero no fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando se llevara a cabo, Alemania aprobó el cambio de hora para reducir las horas de iluminación artificial y así ahorrar carbón que podría utilizarse en la guerra, siguiéndole sus aliados, paulatinamente los países neutrales de Europa (como España) y finalmente EE.UU. en 1918. Tras la Segunda Guerra Mundial dicho cambió se abandonó pero se implantó de nuevo en 1973 debido la Crisis del Petróleo.
¿REALMENTE AYUDA A AHORRAR ENERGÍA?
La respuesta más sonada que se oye ante la pregunta de porque cambiamos la hora dos veces al año es por el ahorro energético que esto supone, debido a que usando más horas de luz natural reducimos el consumo de luz artificial. Pero si esto es así, ¿porque hay tanta discrepancia respecto a esta pregunta?
La premisa de la que parte realizar el cambio horario es hacer coincidir lo máximo posible las horas de luz solar con el horario laboral, de esta forma lograríamos un mayor ahorro energético. Parece sencillo, pero en los últimos años, son numerosos los estudios que sugieren que el horario de verano realmente no contribuye a ahorrar energía, es más, podría provocar pérdidas.
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), el cambio de hora en España, supone un ahorro en el consumo doméstico de 90 millones de euros (una media 6 euros por hogar) que sumados al ahorro de las empresas suman un total de 300 millones de euros (representa un 5% de ahorro energético anual). El ministerio de industria agrega que el hecho de tener una hora más de luz después del horario habitual de trabajo incrementa las actividades de ocio y el consumo.
Sin embargo, cada vez son más los que ponen en duda esos beneficios. Rodrigo Irurzun, coordinador del Área de Energía de Ecologistas en Acción, apunta que los datos del IDAE «son una suposición porque realmente no hay estudios en España al respecto». Y añade que el cambio de la hora supone «un ahorro mínimo y discutible».
Juan Antonio Madrid, Responsable del Laboratorio de Cronobiologia responde a esta pregunta diciendo que «con horarios tan extendidos como los españoles, es posible que lo que se gane por un lado se pierda por otro». Y el técnico de Eficiencia Energética de la organización WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) Georgios Tragopoulos, declara que “la única razón por la que se mantiene el cambio de hora es la inercia y solo sirve para distraer de políticas más serias”.
Para Francisco Carlavilla, gerente de ventas de la empresa de iluminación Osram, “representa aproximadamente un 9,8% de ahorro en la luz de los hogares españoles. Pero Matthew Kotchen, economista de la Universidad de California, dice que “lo que no se consume por la tarde se consume a primera hora del día” y viceversa añado yo. Esto quiere decir que el ahorro que puede producirse en ciertas horas del día, queda anulado por el incremento del consumo energético en otras horas en las que antes no lo había.
¿ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD?
Al igual que con la pregunta anterior, tenemos diversidad de respuestas. ¿Meras incomodidades que se pasan al par de días? ¿Peligro para la salud? ¿Simple Jet-lag? ¿Afecta igual el cambio de hora de verano que el de invierno?
Según los expertos, el cambio horario afecta al reloj biológico y puede provocar trastornos en el sueño (con más probabilidad en niños y ancianos). Sin embargo, nos dicen que es algo temporal y que no suele superar los 2 o 3 días. Los síntomas suelen ser dificultades para dormir, mucho sueño al despertar, disminución de la capacidad de concentración y otros efectos que a priori no parecen ser muy dañinos, pero resulta que una razón por la que mucha gente en el mundo desarrolla fatiga crónica es por culpa del “Jet- lag social”. Es decir, sus períodos óptimos de sueño circadianos no sintonizan con los horarios de sueño reales. Además, el cambio de hora no afecta por igual en horario de verano que en horario de invierno ya que la luz no produce el mismo efecto en el organismo durante la mañana que durante la tarde. La luz por la mañana activa el ritmo, pero la luz durante la tarde demora el ritmo.
Juan Antonio Madrid responde afirmando que “El lunes siguiente al cambio nos falta sueño”, ya que el cuerpo tendería a levantarse más tarde». Hace referencia a que este cambio provoca un «incremento del riesgo de accidentes de tráfico» debido a la somnolencia y también aumenta «El riesgo de padecer un ataque de corazón” por la mañana, entre otros problemas. Además menciona algo muy importante que no se suele tener en cuenta, como es que, el reloj biológico tiende a retrasarse cada día (entre 30 y 60 minutos), por lo que en realidad nuestro organismo tendría ciclos de 25 horas, pero esto no sucede, debido a que el ciclo de luz y oscuridad le obliga a sincronizarse a diario. Esto significa que el cambio al horario de invierno en el que tenemos una hora más no es tan brusco como el de verano, que va en contra de la tendencia natural de nuestro reloj cerebral y por lo tanto va a tener una mayor repercusión.
Los estudios del cronobiólogo de la Universidad de Munich, Till Roenneberg , muestran que nuestros relojes biológicos circadianos, nunca se ajustarán para obtener una hora «extra» de luz al final del día durante el horario de verano. Afirma también que la mayoría de la población disminuye la productividad, la calidad de vida, aumenta la susceptibilidad a enfermedad y uno siempre se encuentra cansado.
CONCLUSIONES
Lo primero que debemos saber es que, España no lleva un horario acorde a su longitud geográfica. Tenemos una hora de más debido a que durante la Segunda Guerra Mundial, Franco para poder coordinarse mejor con sus aliados alemanes decidió adelantar una hora (como también hicieron otros países), pero tras esta, España no volvió a su horario correspondiente. Por lo que hoy en día tenemos horario de verano en invierno y una hora extra en verano. Menos la comunidad Canaria que si va ajustada a su meridiano.
Teniendo esto en cuenta, mi opinión personal es que no deberíamos haber realizado ningún cambio horario este pasado mes de marzo y así volver a nuestro meridiano correspondiente, después de esto, no realizaría ningún cambio más. Por su posición geográfica, España tiene unas condiciones lumínicas muy buenas y no creo que sea necesario cambiar la hora cada 6 meses.
En cuanto a si se ahorra energía o no con dicho cambio, no manejo cifras en términos globales sobre los diferentes ámbitos en los que influye el cambio de hora, estoy seguro que hay factores que influyen más en el ahorro energético que la diferencia de una simple hora, como puede ser la situación de la región que analicemos o los hábitos de sus habitantes, pero a nivel doméstico tengo la sensación de que gastamos más energía.
El español, tiene unos hábitos vespertinos, de hecho, los que más de toda Europa, somos los que más tarde comemos, cenamos y nos acostamos, lo que se traduce en un mayor gasto energético sobre todo en iluminación. Teniendo en cuenta que el español medio se acuesta entre las 12 y la 1 de la noche y el europeo medio antes de las 11, en comparación, es bastante más energía consumida. En invierno empeora la cosa, debido a que anochece antes, yo particularmente, desde las 17:30 h tengo que encender la luz de la habitación porque ya no se ve con claridad. Además, me paro a pensar en las empresas y comercios, y les pasa lo mismo, anochece una hora antes, pero estos, no pueden adelantar su horario de apertura, por lo que les supondrá un mayor gasto en luz y calefacción. En mi opinión creo que origina mas molestias y confusiones que ahorro energético, puesto que ahorraríamos más energía en el hogar y dinero en el bolsillo con simples hábitos cotidianos como con estos 20 trucos para ahorrar energía en el hogar.
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