De la misma forma que al caminar por la playa se deja una huella, tu modo de vida deja también una huella, pero ecológica, que quizás no desaparece tan rápido como las pisadas de la orilla que se lleva el mar.
La Asociación Española para la Calidad (AEC) define a la huella ecológica como un indicador de «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida». Es decir, que la huella ecológica evalúa el impacto de un determinado modo o forma de vida sobre el planeta comparado con la biocapacidad de éste.
El desarrollo o estado de un país no solo se mide por su economía, el Producto Interior Bruto (PIB) no nos ofrece toda la información necesaria, debe complementarse con los resultados obtenidos del cálculo de la huella ecológica del país para diseñar políticas de consumo equilibradas y respetuosas con esta biocapacidad.
FACTORES PARA EL CÁLCULO DE LA HUELLA ECOLÓGICA
¿Que tiene en cuenta la huella ecológica para su análisis?
– Los materiales y energía necesarios para producir cualquier bien o servicio.
– Residuos generados durante el proceso de producción y el uso de los productos finales.
– El espacio ocupado con infraestructuras, viviendas, equipamientos… reduciendo así las superficies de ecosistemas productivos.
HUELLAS Y MÁS HUELLAS
Pero no solo existe la huella ecológica como indicador de sostenibilidad, hace unas semanas veíamos también la huella de carbono. Y tenemos también la huella ambiental que presenta una visión global del impacto sobre el medio ambiente de un producto u organización; o la huella hídrica que analiza y cuantifica el volumen total de agua dulce que se utiliza para producir los bienes y servicios de un individuo, de una comunidad o de una empresa, o por ejemplo la huella social que podría entenderse como la marca reconocible y medible que una empresa deja en la sociedad por razón de su actividad y operaciones.
NUESTRA HUELLA ECOLÓGICA
La media del área de tierra productiva que corresponde a cada ser humano para sustentar su vida es de 1,8 hectáreas, sin embargo, la huella ecológica media global es de 2,2. Pero esta cifra se vuelve más escandalosa cuando analizamos por ejemplo que la media de cada estadounidense es de 9,57 hectáreas, mientras que la de un ciudadano de Bangladesh es de 0,6. La huella ecológica no solo es mucho más acusada en las grandes ciudades occidentales sino que nos muestra que el 20% de la población (que vive en ciudades ricas) consume más del 60% del producto económico mundial y genera el 60% del total de los desechos. Los resultados aportados por los análisis de la huella ecológica deja en evidencia que el estilo de vida de los países más ricos no puede extenderse al resto del planeta, puesto que no habría recursos para todos.
Si todos los habitantes del planeta consumieran como en los países desarrollados de Occidente, harían falta casi cuatro planetas como la Tierra para satisfacer sus necesidades.
Teniendo en cuenta la relación entre el área productiva necesaria para obtener los recursos que consumes y absorber los desechos que generas, que me responderías si te preguntara ¿Qué superficie terrestre necesitas para mantener tu tren de vida?.
Imagen destacada: Huella
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